miércoles, 7 de noviembre de 2012

La Educación, Clave en la Formación del Capital Social

La educación incide sobre la socialización temprana de los niños, adolescentes y todo ser humano. Los valores que prevalecen en la edad adulta son aquellos que se adquieren en los primeros años de vida y se reafirman en adolescencia.
Por ello, es importante que en la formación del capital social, el sistema educativo conciba al ser humano de manera integral; lo cuál le permitirá incidir en la formación de aquellos valores concientes e inconscientes que generen modificaciones en los comportamientos de la sociedad que como un todo transforme el capital social del País.
Al asumir al ser humano como un todo en la formación del capital social, es importante detallar que los seres humanos somos constituidos por espíritu, alma y cuerpo. Describiendo cada uno de ellos, presentaría resultados en los individuos: el Espíritu es el que permite relación con Dios (lo cuál genera contratos autoimpuestos); en el alma se encuentran las emociones, mente y voluntad; aquí nos relacionamos con los demás (cooperación); y con nuestro cuerpo tenemos nuestra relación con el mundo (confianza).
El núcleo profundo, la identidad en la formación del capital social[1], es la parte espiritual. La mente se ocupa de los pensamientos, las emociones de los sentimientos y la voluntad de la capacidad de escoger.
Ubicar principios y valores  es parte esencial de la formación integral del capital social de una Nación, de la formación su carácter; cuando se interiorizan esos principios y valores los ciudadanos se convierten en seres humanos diferentes, seres humanos autorregulados.
Al hablar de principios, nos podemos remontar filosóficamente a lo que podrían ser los universales y  los particulares, los primeros trabajados por Platón y los segundos por Aristóteles. Al hacer un análisis de la historia de la humanidad se ha observado cómo cuando las personas se basan en universales para dirigir sus civilizaciones, edifican más sus pueblos y naciones, la medida de las cosas es algo superior a ellos, interesa el bienestar colectivo. En contraste, cuando los particulares solo tienen sentido, interesa el bienestar individual, las situaciones son relativas a mi concepción de vida, el hombre es la medida de todas las cosas y se destruyen civilizaciones (como por el imperio romano).
El paradigma científico nos muestra como las cosas son cambiantes y relativas. En todas las ciencias ha influido el paradigma físico como modelo (actualmente el de la relatividad). Cada ciencia en particular va cambiando y se va desarrollando con el tiempo (la economía no es la excepción). Parece sin embargo, que este relativismo de la ciencia se ha trasladado a otra área  como es la de la ética,  entonces no se aceptan verdades que tengan pretensión de universalidad, sino que se cree que todo es relativo a una situación particular; ejemplo: si un individuo esta pasando hambre él puedo robar, no existe un principio encima de él que deba respetar, sino que todo depende de condiciones particulares.
Se podría decir que los universales, donde funciona la moral, tendrían que ser aplicables a toda la humanidad, y fueron aplicables en el pasado y lo podrán ser en el futuro. Por ejemplo, los derechos humanos tienen una pretensión de universalidad (y son tomados en cuenta por la teoría de la propiedad), en el sentido de que son inherentes a la condición misma de la dignidad humana, no importa la cultura, el país (es decir, la condición particular) . Así el resultado directo mostraría que el capital social funciona dentro del ser humano como una serie de principios y valores estables que ponen un eje a su vivir, mientras que la profesión de la persona, por ejemplo, estaría susceptible a estar permanentemente cambiando, lo que un día es válido, mañana no lo es.
Otro aspecto que influye en referencia a los asuntos éticos es que dentro de la realidad del funcionamiento del mundo se está acostumbrado a los efectos instantáneos (comida instantánea, se pulsa un botón se  consigue una información inmediata)  y debido a que el trabajo sobre principios y valores o las consecuencias de actuar desordenadamente son un tema de desarrollo donde los resultados se observarán en el mediano y largo plazo,  las personas no alcanzamos a percibir el efecto que tienen sobre su comportamiento y sobre su vida.
Por lo tanto, en la formación del capital social “se siembra “y posteriormente se cosecha aquello de lo que se sembró”. por ejemplo decidiendo en el sistema educativo trabajar en la vivencia de principios como la honestidad, la puntualidad, la prudencia, la responsabilidad, el ahorro, se tendría posiblemente mejores seres humanos en el mañana y una Nación con mejor desarrollo económico.
Pero ¿qué serían esas normas de las que habla Fukuyama y que inciden en la formación de capita social, y en las cuales debería centrarse el sistema educativo del país?. Es un conjunto de normas absolutas y rectas que me traen convicción para regir la conducta por ellas. Por esa convicción que producen esas normas externas se hacen un código interior, personal, de comportamiento. Una norma así, es un principio, es un código interior. 
Cuando la sociedad entiende el principio le da  valor a cosas que antes no le daba, los valores cambian. Un valor es la importancia o estimación que se le da algo. En cuanto a los valores que se deben formar desde la educación para incentivar mejoras en el capital social se podría ver en tres dimensiones:
Dimensión moral-estratégico: Los valores son aprendizajes estratégicos relativamente estables en el tiempo que una forma de actuar es mejor que su opuesta para conseguir que nos salgan bien las cosas.
Dimensión económica : Criterios utilizados para evaluar las cosas en cuanto a su relativo mérito, adecuación, escasez, precio o interés.
Dimensión psicológica: Cualidad moral que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a afrontar sin miedo los peligros.
Los valores como esencia del capital social determinarían para el País y para cada individuo de manera personal quienes son sus amigos, la forma en que gobernamos, las elecciones políticas, el valor que se da a una relación agente-principal se cuál sea, la información simétrica como elementos de la Verdad. Los valores producen confianza, visión y compromiso. La vida es controlada por valores y el activo nacional lo constituyen los principios y valores por los que vivimos. Las emociones nacionalistas son despertadas por aquello a lo que se le asigna valor, emociona lo que considera valioso; cuando se entiende el valor de alguien o de algo se amo. Y una de las mejores estructuras para aprender principios y valores es la estructura educativa, los colombianos valoramos la educación!, es allí donde incide en la formación del capital social.
Incentivar a que la educación actúe bajo los principios y valores que formen un capital social en Colombia traería como resultado para la Nación :
1.           Ser mejor País en su esencia (Ser )
2.           Hacer más y mejor de forma productiva(Hacer)
3.           Ganar más y tener más sendas de crecimiento permanentes (Tener)
Esta no sería una forma perdida de recursos los mismos ciudadanos la escogería como la más optima.
Algunos bienes son inherentemente bienes privados; pero se analizan como si fueran bienes públicos. La educación es esencialmente un bien privado: es excluible y en cierta medida reducible[2]. Sin embargo, la mayoría de países han adoptado la decisión política de financiarla con dinero público. A menudo se ha decidido proporcionar a todos los ciudadanos el mismo nivel de gasto de enseñanza. Esta restricción nos obliga a analizar la educación como si fuera un bien público.
¿Hasta que punto es eficaz incentivar la educación en la formación de capital social como provisión de bienes públicos?
ri =cantidad mínima de educación
i = individuo
c = costo de suministrar una unidad del bien público
Suponiendo que ri = 10, siendo i = 1.2 y c = 15, por la suma de las disposiciones a pagar es superior al costo de la provisión. Cada uno de los agentes decide independientemente comprar o no el bien público. Sin embargo, como se trata de un bien público que le encontramos valor, ninguno de los agente puede excluir de su consumo al otro. Así, la sencilla matriz de estrategias y ganancias de este juego sería:
Educación basada solo en racionamiento intelectual
Educación basada en principios
No incentivar
-5, -5
-5, 10
Incentivar
10, -5
0, 0
Si el Estado accede a no incentivar la educación basada en principios, obtiene unos beneficios por valor de 10, pero tiene que pagar 15 por estos beneficios. Si el Estado accede a la educación basada en principios pero  incentiva, la ciudadanía accede a esta educación (porque haya valor en ella) y obtiene gratuitamente unos beneficios por valor de 10. En este caso, el incentivar produce que se acceda a la educación basada en principios.
El equilibrio basado en las estrategias dominantes de este juego es “Incentivar”, “Educación basada en principios”; los individuos desean la educación basada en principios y que sean incentivados acceder a ella porque preferirían acceder a costa del otro, al ser esta formadora de capital social y de racionamiento intelectual. Pero el resultado neto es que el bien no se suministra aún cuando sea eficiente hacerlo.
Esto demuestra que no cabe esperar que las decisiones puramente independientes den necesariamente como resultado una cantidad eficiente del bien público que este suministrándose.
Suponiendo que cada uno de los agentes elige independientemente la cantidad que desea aportar para financiar la educación. Si la educación basada en principios  piensa que la educación basada solo en racionalidad intelectual aportará, por ejemplo, g2, el problema de maximización de la utilidad de la educación basada en principios es:

Max u1 (g1 + g2, w1-g1)
Sujeta a g1> 0
La restricción que g1>0 es una restricción natural, establece que la educación basada en principios pueden incrementar voluntariamente la cantidad del bien publico (mejoramiento del capital social), pero reducirla unilateralmente.
Si el agente que aporta una cantidad positiva, su relación marginal de sustitución entre  la educación basada solo en racionalidad intelectual y la educación basada en principios debe ser igual a su costo marginal 1. Si es menor que su costo, no querrá contribuir con ninguna cantidad, por lo tanto no se le hallará valor a ninguna de las dos. Y vimos que la sociedad colombiana le encuentra alto valor a la educación, la incidencia de la una o la otra en la formación del capital social la decide la Nación como un todo en la estructura de su estrategia educativa.
Los Estados pueden ser teocráticos o cívicos, dependiendo de la incidencia de las convicciones religiosas de los ciudadanos sobre la organización del Estado, sus leyes y régimen judicial. La teocracia está presente en los países islámicos, donde la legislación en materia económica surge del Corán (por ejemplo, en lo relativo a herencias), así como es el caso de Israel, donde no se permiten miembros no hebreos en el ejército.
El Estado y la Iglesia – como expresión formal de las creencias religiosas- tienen en común la facultad, delegada por la sociedad, de definir reglas de juego. El primero lo hace con base en las normas constitucionales. La Iglesia, por su parte, lo hace con base en la creencia en ideas reveladas aceptadas por la población. La religión es un instrumento mediante el cual el hombre expresa sus más profundos valores y actitudes frente a la vida y frente a lo que considera el bien y el mal. De ahí la importancia de la orientación religiosa en la categorización de los Estados.
Desde sus inicios la Iglesia en Colombia, ha estado presente en los programas de los dos partidos políticos tradicionales. Las ideas de Bolívar, respecto de las responsabilidades de la Iglesia en la educación, eran contundentes y no concordaban necesariamente con las más aceptadas en los Estados modernos. Santander, por su parte, no compartía esas posturas. Para este ultimo la educación debía ser función exclusiva del Estado. Caro también abogó por una estrecha unión entre la Iglesia y el Estado , mientras que los liberales expropiaban los bienes –en manos muertas- de la Iglesia y de las congregaciones religiosas. Aun así, el Partido Liberal surgió como motor del cambio, al tiempo que parte de la opinión pública lo asociaba con la encarnación de la oposición a la Iglesia. Los fundamentos ideológicos del Partido conservador siempre correspondieron más a los de la Iglesia católica y a estructuras del Estado que se remontan a épocas anteriores a las revoluciones americana y francesa.
Aunque Colombia es una sociedad católica, que considera que cree en Dios y acepta la noción de pecado que se presenta y que declara sus arraigadas creencias religiosas no significa que acate integralmente sus normas. Tanto es que el aborto, desaprobado por la Iglesia y rechazado por la opinión publica con base al ideal religioso, presenta que en la ultima década de cada tres embarazo uno termina en aborto. En el país se registran 300.000 abortos al año, siendo inclusive una practica de planificación familiar. Existe una clara discordancia entre la normatividad –legal, pero también moral y religiosa- y lo que la sociedad acepta cumplir, que reviste la mayor trascendencia frente a las relaciones familiares, el matrimonio y la procreación.
Para definir la “razón justa” no se basan en Dios o en el derecho natural, sino en las condiciones sociales y económicas de las comunidades. El profundo conflicto entre  las dos posiciones –lo que de ser y lo que es-, justificado con base en los más diversos argumentos, puede desembocar en enormes dosis de violencia reprimida. La práctica del aborto, con la cual no se comulga pero a la que se recurre, forma parte de la larga cadena de problemas que surgen de esa discordancia. Casos similares podrían enumerar respecto al matrimonio, el divorcio, el robo, el asesinato y la libertad sexual.
En el libro: "Colombia un Proyecto inconcluso. Valores, instituciones y capital social, tomo I y II. MariaMercedes Cuellar. Universidad Externado de Colombia."  se puede observar que la iglesia es la única institución cuyos representantes, gozan del respeto y la confianza de la gran mayoría de la población colombiana, contrario a lo que ocurre con el resto de instituciones básicas para el funcionamiento de la democracia, que en contraste son objeto de elevados niveles de desconfianza. Si bien el ideario de la Iglesia católica está en la mente de los colombianos y se le tiene un gran respeto  a sus representantes, también es cierto que está no se ha constituido en fuente de discordias entre la población. El colombiano promedio de tiempo atrás considera que el Estado debe ser secular y que cualquier otra alternativa en ese frente debe descartarse. Precisamente por ese motivo la Iglesia está llamada a desempañar un gran papel como vínculo y puente para la transformación de la estructura institucional del Estado, a fin que ésta corresponda más a los valores sociales prevalecientes.
Los valores que se manifiestan en las prioridades o retos que enfrena el Estado en los próximos diez años –disminuir la incertidumbre en el frente económico y proporcionar una mayor protección de la integridad personal- reflejan que en el país existe un modelo ambivalente que enfrenta una enorme paradoja: la seguridad que encuentran los feligreses en los valores tradicionales que ofrece la Iglesia y el anhelo por mejorar la posición económica, requisito indispensable en un Estado moderno, que parece estar interiorizado en el alma de los colombianos.
En el mismo libro se hace una encuesta donde se incluyeron preguntas relacionadas con los valores que se considera importante trasmitir a los niños en la educación. Dentro de éstos, por su importancia para el régimen político de un país, están los asociados con la libertad, la igualdad, la independencia y la tolerancia. Valores que desde el punto de vista de Nabi Consulting hace parte de los principios trabajados por Aristotéles, siendo actualmente relatividad pura.
La población más educada, la de los profesionales, es claramente la más interesada en la política; por ello, es importante los valores que estos tengan para ejercerla. En términos de movilización cognitiva hay un amplio espacio abierto para el florecimiento de la democracia participativa. Asó ello no esté exento de riesgos sobre todo al observar que según datos de la Revista Misión Pyme nuestro mercado laboral es segementado de la siguiente forma: "... 56% pertenece al grupo de trabajadores no calificados, que están excluidos del mercado de trabajo y no son atractivos para los empleadores. 33% son semi calificados, en su mayoría con formación técnica o tecnológica y están entre la formalidad y la informalidad. El 10% restante corresponde a los trabajadores calificados, que se entienden por persona que culminaron estudios universitarios y tienen posgrado." Por lo tanto la población más educada y que más influencia tiene no es la mayoría, así ¿cómo podremos obtener un nuevo capital social?
La decisión de invertir y el tipo de educación en que se invierte están íntimamente relacionados con la percepción que los individuos tienen del entorno y la forma como procesan la información respectiva.
Ante éste panorma el entorno familiar es precisamente donde se definen en primera instancia (luego entra a participar también la escuela, así como la televisión, el vecindario y el entorno difuso del individuo) los rasgos culturales que pasan de generación en generación, que terminan por constituirse en las reglas informales que rigen las sociedades.
De la interacción entre las normas y los valores prevalecientes resulta el cambio. El hoy depende del ayer, y el mañana, as u turno, de hoy. Por ello se puede afirmar que la senda de dependencia fe una sociedad está estrechamente ligada a los valores que se trasmiten en la educación escolar y en le hogar y a la experiencia que adquiere el individuo a lo largo de su vida productiva. La acumulación y sistematización del conocimiento de la humanidad , o sea el desarrollo tecnológico, están claramente asociados con la rentabilidad que produce.
Así como la familia juega un papel determinante, no debe subestimarse la importancia de los docentes. Colombia, como la mayoría de las sociedades modernas, ha venido delegando en los planteles educativos la tarea de preparar a los jóvenes para el trabajo. Así, los maestros, en la medida  en que  las sociedades se desarrollan, adquieren progresivamente mayores responsabilidades en la transmisión de conocimientos. Aunque no hay razones para esperar que la visión de los padres de familia coincida exactamente con la de los maestros, sí debería existir cierta coherencia alrededor de preocupaciones, aspiraciones y prioridades, de manera que las de unos y otros puedan llegar a un acuerdo con las requeridas para el desarrollo de una sociedad productiva. Sólo de esta manera los valores de lo jóvenes y el conjunto de normas sociales que éstos interiorizan conducirán al crecimiento y al preservación de las libertades individuales.
Los valores y creencias de una sociedad inciden de manera determinante en su desarrollo.
Las sociedades modernas tienen características comunes tales como la valoración de la educación y el trabajo y la creciente igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, en particular en el de estratos sociales y en el de género, que en su conjunto desvían en organizaciones sociales que propician la prosperidad.
Por fortuna el pueblo colombiano, en medio de todos los problemas que lo afectan ,aún valora la educación. El colombiano quiere educarse. En Colombia para que a un individuo le vaya bien se requiere de ingredientes de orden diferente al educativo, más asociados a los contactos y a sacar provecho de los demás. La educación es más importante para los jóvenes que para los viejos.
El capital social, reconoce la existencia de múltiples y complejos mecanismos de compromiso cívico, que generan niveles más elevados de educación, reducción de la criminalidad, mayor eficiencia del gobierno y acelerado crecimiento económico. Una comunidad en la que están ampliamente desarrolladas la confianza y la credibilidad logra mejores resultados indirectos que otra donde tanto la una como la otra están ausentes.
Concluyendo...
...Las diferentes entradas en el blog sobre el papel de la educación en el capital social se enmarcaron dentro de una concepción de formación integral (espíritu, alma y cuerpo), en donde la parte espiritual, se concluye marca la real identidad para formar el capital social.
...La educación es vital y decisiva en la formación de ese capital social. La educación debe ser un centro de formación donde se construya el carácter (o conjunto de hábitos), basado en principios universales, del individuo para así poder “Ser” primero que “ hacer”  para luego poder “ tener”. Es un proceso de formación y transformación del comportamiento de una sociedad.
...El crecimiento correcto del Capital Social empieza cuando seguimos los principios correctos y se toma la responsabilidad por lo que somos. Nuestra calidad como personas depende de los principios que seguimos y la pureza de las motivaciones que tenemos. Si somos honestos y nuestros motivos son sanos, nos aprecian como personas transparentes, sin agenda escondida o información asimétrica.
...Bajo una concepción de capital social sano en una nación como Colombia, la gente percibe la paz que proyectamos, nos respetará y tratará de hacer negocios con nosotros. La mejor guía para alcanzar esta transparencia que busca la gente en nosotros es seleccionar nuestros motivos de acuerdo a Principios Universales, llamados también Leyes Naturales. Ellas desarrollan el sentido común y nos ayudan a encontrar soluciones practicas a los problemas de la vida. Las normas no escritas que forman el capital social serían sencillas de manejar si respetamos el sentido común y el orden con el que fueron creadas, y esto definitivamente parte desde las aulas de clase, al inicio en el preescolar y hasta las aulas universitarias; de nada nos ha servido formar buenos técnicos o profesionales, excelentes en su labores, pero con altos grados de corrupción, clientelismo, etc., que a nivel económico lo único que hacen es dañar el funcionamiento de los mercados al generar desconfianza.
...La Nación debe analizar sus planes con la lupa de los principios universales, para saber si están correctos o chocan con los principios morales.  Si no resisten este examen tendremos dificultades en la ejecución, porque aunque el “modelo económico” este bien formulado o la “teoría de juegos” bien plantada, falla el factor más importante el capital social.
...Para el funcionamiento de la una Nación o una empresa se requiere una planeación y control, unos procesos, unos productos o servicios y unos recursos físicos, financieros, tecnológicos, humanos. Este último, el recurso humano, es el que hace que todos estos procesos de la Nación o de la empresa se den, el que planea, el que controla, el que diseña los procedimientos, el que selecciona la tecnología, el que decide, el que vende, el que tiene la visión de la empresa, el que lidera, el que trabaja.  Por ello el trabajo sobre el recurso humano de una Nación, es construir Capital Social. Como sean las personas y su comportamiento serán el capital social de una Nación, que la puede edificar o derrumbar .
...Un sistema educativo que trabaje más en la persona, en su interior, podría llevarla a pensar en el liderazgo, y allí podría aprender a escuchar, a manejar el conflicto, a inspirar, desarrollar y comprender a la gente, a como tener una mente abierta, recibir la presión de la adversidad y aceptar la crítica, así también como a emitir buenos juicios. Esto si es formar!, la técnica se aprende.
Finalmente, podemos decir que el capital social son principios que motivan a las personas a tener un nuevo carácter (unos nuevos hábitos) para organizar su propia vida, la de una empresa y la de toda una Nación. ¿Qué Capital Social queremos desarrollar?

[1] Vale la pena recalcar que el capital social entendido como: un conjunto de valores informales o normas compartidas entre miembros de un grupo que permite la cooperación entre ellos mismos (Fukuyama)
[2] Bien Excluible: si es posible excluir de sus consumo a una persona
   Bien reducible: el consumo por parte de un individuo reduce la cantidad que pueden disponer los demás.

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