jueves, 20 de septiembre de 2012

Un Papel Vital en la Sociedad

Los propósitos trazados para la educación, no puede estar asociada solo con mejores ingresos o más productividad, debe estar relacionado directamente con mejorar la calidad de vida, tanto individual como social, y concentrado en la formación del capital social de la Nación.
 
Resulta preocupante para el futuro de la democracia y para el futuro económico y social del País, observar que la mayoría de niños, jóvenes y ciudadanos no están adquiriendo los valores necesarias para aceptarse mutuamente, respetar la diferencias y solucionar pacíficamente los conflictos. Además, de ver sembrando un ambiente de permisividad con la ilegalidad, y una admiración por la maldad o al menos un silencio preocupante en el día a día de la Nación, es una triste realidad.
 

Hoy más que nunca la formación en principios y valores para el desarollo del capital social de la Nación tiene una gran importancia, pero Nabi Consulting se viene cuestionando si ¿sólo enseñando principios cambiaría la sociedad?. Hay organizaciones muy importantes con las cuales hemos estado involucrados como La Red Business Network, con programas como Misión Carácter o Fundamentos para el Logro, donde indudablemente sus aportes han sido significativo a las instituciones de una sociedad que vive en condiciones criticas de antivalores que amenaza diariamente a toda la población en general.
 
Pero ¿basta inculcar principios en la sociedad contemporánea, donde enseñarlos ha comenzado ha recaer en gran parte sobre las organizaciones escolares y en si sobre todo el sistema educativo?. Pensando en ello, recordabamos -y recomendamos- una pelicula: El que Cambia los Tiempos (Time Changer) donde un profesor, Russell Carlisle (D. David Morin), ha escito un manuscrito nuevo titulado: "Tiempos de Cambio." el cual plantea cómo en la sociedad se deben enseñar principios, bajo metodologías interesantes y pedagogicamente aceptadas. Más aún en la medida en que los niños ingresan a más temprana edad y los núcleos familiares se modifican, los centros educativos han comenzado a asumir directamente una serie de funciones que antes correspondían al ámbito familiar, entre las cuales se cuentan, junto con el desarrollo del lenguaje y los esquemas básicos para interpretar la realidad, la formación del capital social, la conciencia moral de la sociedad. Por ello, uno pensaría que el sistema educativo para ser de calidad, además de ofrecer dimensiones académicas favorables y competitivas a nivel internacional, debe contar con actores que no son netamente académicos, pero que cumplen un papel vital en la sociedad, y estos son los principios que permita modificar las estructuras deterioradas del capital social del país.
 
Desafortunadamente hoy el sistema educativo carece de principios compartidos y reglas de juego claras, lo que permite que surja una serie de antivalores que han venido sembrándose profundamente en nuestro país y que hacen parte de nuestro capital social, y que en nada contribuyen a la construcción de una sociedad democrática con fundamentos claros. En nuestro sistema educativo se aprende violencia, desconfianza, discriminación, individualismo, la política del “mas vivo vive del bobo” , o a “papaya puesta, papaya comida” y otras características más. Sin embargo, se enseñan "principios éticos humanos" con los cuales se está construyendo desde la educación una mejor calidad de vida personal y social para la Nación, bajo un concepto donde nosotros mismos como seres humanos creamos nuestros propios valores éticos...el articulo 25 de la ley 115 de 1994 (Ley General de Educación) le permite al sistema educativo: “La formación ética y moral se promoverá en el establecimiento educativo a través del currículo, de los contenidos académicos pertinentes del ambiente, del comportamiento honesto de directivos, educadores, y personal administrativo, de la aplicación recta y justa de las normas de la institución y demás mecanismos que contemple el Proyecto Educativo Institucional”, en otras palabras, cada quién crea sus normas, principios y valores!!l. Así concebimos nuestra actual educación y ese el papel vital que le estamos dando.
 
Nada expresa tan bien lo que somos como la manera de concebir la educación. Con todo acierto decía Kant que: “la educación es un arte cuya práctica debe ser perfeccionada a lo largo de las generaciones... y es el problema mayor y más difícil que pueda plantearse al ser humano[1]”.
 
En este siglo del saber, la carrera económica, cultural y geopolítica entre las naciones pasó a ser en esencia una carrera entre sus sistemas educativos: Un sistema capaz de competir a nivel internacional es el gran desafío externo para cada Estado. En la sociedad del conocimiento, la igualdad de oportunidades consiste sobre todo en el acceso igual al conocimiento: de ahora en adelante el sistema educativo desde el preescolar hasta la universidad, incluyéndola, es el gran nivelador o el gran desbastador social, lo que hace que pase a ser el desafío número uno del Estado en su frente interno. Por eso mismo, a tiempo que el Estado tiende a descargarse de viejas tareas y funciones –incluyendo algunas de carácter “benefactor”- su interés y su compromiso con la educación aumenta o debe aumentar en todas partes.
 
Tanto en lo externo como en lo interno, gobernar hoy es educar para mañana. Por lo tanto, Los principios transmitidos a los niños en la familia y por fuera del hogar a través de planteles educativos son básicos para el proceso de desarrollo de las Naciones. En Colombia, éstos naturalmente presentan aspectos positivos y negativos. De una parte existe una alta valoración de la educación y el trabajo, que hacemos como sociedad, pero a su vez toleramos elementos tales como “ser vivo”, tener contactos, "hacerla fácil", etc, que no tiene que ver con acumulación de conocimientos sino con cimientos de principios. En efecto, se considera que en Colombia no le va bien a quienes, en condiciones aptas para el desarrollo personal, les iría bien en la vida, ¿es posible esto?, tristemente si!, la razón aplaudimos y toleramos más la mediocridad que la excelencia, tenermos la tendencia a optar por “atajos” para llegar al éxito, lo que desestima la laboriosidad y promueve antivalores, que van del tráfico de influencias al recurso a conductas abiertamente antijurídicas. Antivalores que no sólo dañan la esencia moral de la sociedad sino que son evidentemente contrarios a la producción de riqueza social.
 
Actualmente los valores que se promueven desde la educación, suya papel es vital en la sociedad colombiana dejan mucho que desear. Observando ésto, y viendo la tendencia de los que promueve con los "nuevos valores sociales", nos ha llevado a preguntarnos ¿Qué incidencia tiene la educación en la formación  y desarollo del capital social?. Esto comenzaremos a debatirlo en nuestra próxima entrada en el blog.


[1] Citado dentro de un editorial del Internacional Herald Tribune, 11 de mayo de 1996

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