Consolidando la economía como un proceso histórico continuado y del cual se pueden extraer enseñanzas criticas para el futuro, el análisis económico, como todo análisis, no debe partir de una mirada miope de la situación a estudiar sino que debe reflejar el contexto o entorno donde se sitúa, el ámbito a analizar con base en la experiencia teórica y practica dentro de un campo de acción especifico que le permitan llegar al analista a conclusiones cercanas a una realidad que facilite una opinión acerca del presente y vislumbre un escenario futuro.
La explicación que un autor como Joseph A. Schumpeter da acerca de los principios y conceptos que dominan
la historia del análisis económico y la diferencia entre un economista
analítico y el común de los economistas, toma relevancia en el momento de hacer estudios socioeconómicos en Nabi Consulting.
El análisis no puede ser ciego, sordo y mudo;
en administración existe un principio muy claro a nivel de gestión y es que “lo
que no se mide no sirve”, y esto es vital para la toma de decisiones. Inclusive
la fe tiene medida, Jesús decía: “si tienes fe como un grano de mostaza...”,
la medición es parte vital para un buen análisis hasta empírico, y la mejor
herramienta con la que cuenta la economía es la estadística. Sin embargo, no
sólo se hace vital los números, sino la fuente de ellos, más que
la forma en que fueron calculados –algo valido de entender-, es la fuente de
donde fueron conseguidos, y esto no es exclusivo de los números, lo es con
cualquier otro tema de análisis, y en el caso socioeconómico es vital, donde no sólo
importa el qué se dijo sino el quién lo dijo.
La credibilidad que se da a los hechos lleva a
formular “teorías” que hacen centrar el análisis y darle fundamento al mismo.
Sin embargo, no todo lo que se refiere a teoría es un fundamento sólido, sino
se tiene en cuenta su origen, debido a que la relatividad de las mismas basadas
en principios cambiantes hace que su permanencia en el tiempo, dependa de los
protagonistas del mismo.
Sólo aquellas teorías fundamentadas en principios
absolutos que contemplan las leyes establecidas desde la creación soportan como
en una roca las afirmaciones que se convierten en bases sólidas de construcción
de conocimiento. Desafortunadamente el comportamiento humano, no sólo es
cambiante sino que su tendencia es el relativismo, sobre todo si su carácter no
ha sido formado en principios absolutos, lo que hace que se ajuste la
“teoría” a la moda, bien sea en el campo económico o en aspectos de su
desarrollo; esto hace que la revisión a la teoría económica se deba hacer
asumiendo comportamientos generales en individuos –como ocurre con los
animales- pero cuya tendencia es similar aunque su accionar es diferente a los principios
absolutos que rigen el universo.
Esto no hace que la teoría sea mala sino que se debe
examinar la esencia de la misma, y el soporte que tiene, no sólo científico (el
cual es cambiante) sino los principios que la sustentan y lo que existe detrás de
ellos, bien sea comportamientos sociales, políticos económicos, prácticos o
pragmáticos.
Este examen debe ir más allá de generalidades –las
cuales se deben contemplar- a particularidades que permitan extraer esa esencia
teórica que fundamentará, lo que denomina Schumpeter “campos prácticos”, que no
son más –en mi concepto- que llevar algo supuesto a probar en una realidad que
no tiene hipótesis, sino que desde su creación funciona con base en principios
absolutos creados para ser aprovechados de forma adecuada para el beneficio
económico y social o para el perjuicio del mismo en cada uno de sus
especificaciones.
Desarrollado por: Giovanny Paredes Alvarez –CEO -Nabi Consulting-
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