jueves, 21 de abril de 2016

¿Qué hacemos para Desarrollar?

Usualmente las personas y empresas se preguntan sobre el porqué de su existencia, pero debemos tener claridad que cuando se desarrolla algo, el Creador no deja nada al azar ni se dará por suerte, evolución, ni adivinación; lo que se crea está desarrollado para hacer y cumplir el propósito con que fue diseñado. Para todo ser humano e institución es vital tener claridad sobre las intenciones originales de su Creador, para que no estar en la vida adivinando su razón o motivo de vivir, aunque personas a nuestro alrededor opinen sobre lo que deberíamos ser o hacer, sólo si reconocemos que lo creado tiene un diseño que busca cumplir los propósitos de su creador, nos enfocaremos en lo que debemos hacer para desarrollar nuestras vidas.



Me gustaría resaltar en está entrada que existen dos grandes tendencias para identificar lo que se supone que hacemos: la primera parte del "tener" para hacer, es decir, se piensa que el propósito para hacer es "tener" algo a cambio y eso nos definirá. Entonces se quiere "tener" una profesión y para lograrlo, hago una carrera, una persona quiere "tener" dinero entonces hace una empresa o hace un trabajo que le permita recibir un pago, o se quiere "tener" una pareja o "tener" hijos por lo que se hace el mayor o menor esfuerzo para conseguir "tener" la familia soñada, con el trabajo soñado y haciendo lo que sea para "tener" lo que nos hará feliz; está es una tendencia muy marcada en nuestro sistema y frecuentemente se está dispuesto a sacrificar lo que sea con el propósito de "tener" lo que deseamos o lo que se nos dice o creemos que debemos "tener" para ser felices.

La segunda tendencia, pero mucho más escasa, es partir para hacer algo del "ser", es decir, desde lo que somos, desde la esencia; es desde allí, cuando se comprende que el propósito de hacer algo se determina desde su naturaleza, su diseño, su propósito, su identidad, su característica, su "ser". El resultado de lo que hará será el obtener, pero no es la prioridad.  Está segunda tendencia es cada día más escasa y es predomina la primera, tal vez la razón principal sea por lo que definimos como prioridad en la vida, la posición que le damos y la función o tareas que desempeñamos...desarrollemos esto.

Al partir del Ser para Hacer se puede definir con mayor claridad la prioridad de desarrollo. Frecuentemente decimos que el resultado es lo prioritario, incluso olvidamos cómo podríamos obtenerlo, más aún pasamos por encima de otros para lograrlo, pero creo que la obtención de resultados ha sido mal entendida por completo. Es cierto que los resultados son importantes, incluso nos mantienen enfocados, pero cuando se comienza a desarrollar una empresa o una persona por resultados y sin cimientos sólidos, usualmente se derrumba, en cambio cuando no se inicia con el resultado, sino se desarrolla desde la esencia que se encuentra en su ser, donde está el fundamento, los cimientos, las bases principales, la identidad, se fortalece lo que se hace y al final se logra el resultado. La prioridad está en desarrollar siempre desde lo que somos, sobre el fundamento por encima del "tener", eso ayuda a que el resultado pueda variar pero la esencia, el fundamento, se sostenga aunque no sea visible.

Alguna vez estábamos en un desarrollo empresarial con uno de nuestros clientes haciendo Gestión Estratégica, los socios estaban ampliando sus instalaciones y proyectando el desarrollo de su institución, de repente, en una reunión en la que eramos invitados, nos encontrábamos en medio de una discusión entre los contratistas, el arquitecto y los socios, sobre las cifras, los materiales, el tiempo, etc., lo interesante es que en algún momento preguntaron: "¿Cuál es la razón de esa construcción?", y añadieron "queremos claridad en el propósito que ustedes desean para la obra", ¡¡¡que maravilla!!!. antes que comenzarán a construir, ellos debían conocer la razón de la obra, una vez obtuvieron respuesta continuaron calculando temas como la altura, los pisos, el techo, y todo lo que debía hacerse para obtener el resultado deseado; pero además de ello, hablaban sobre la profundidad de los cimientos en el cuál se iba a levantar toda la obra, pensando en que no se fuera agrietar una vez se levantará, sencillamente grandioso.  Tal vez los ingenieros y arquitectos nos dirán "es obvio", lo curioso es que en la vida usualmente la prioridad que le damos a los cimientos de nuestro desarrollo es tan poco que cuando levantamos personas, familias, empresas y/o sociedades, sin fundamentos sólidos, cualquier circunstancia la agrieta y su desarrollo queda ubicado en un terreno muy peligroso.

Posiblemente no le damos suficiente prioridad a los fundamentos porque no los vemos, siguiendo con la construcción, siempre son visibles las ventanas, las puertas, el piso, la pintura y todos los demás detalles; pero los cimientos, que deben ser sólidos, no necesariamente se van a ver y al no verlos su prioridad es casi nula y nos percatamos de la prioridad que debíamos haberle dado hasta cuando colapsa nuestra vida, familia, empresa o sociedad, tal como lo registraron las noticias sobre el edificio Space.


La prioridad que le damos a lo que hacemos marca el desarrollo que obtengamos, pero no sólo el priorizar garantizará que estemos haciendo lo que nos corresponde, sino que también estemos en la posición en la que podamos desarrollarnos con naturalidad. Cuando un creador desarrolla algo coloca en algún lugar su creación de acuerdo al propósito que tiene para ello, si esto no es claro comenzamos a ubicar cosas en una posición que al contrario de desarrollar terminan destruyendo a quien lo utilice.


Cuando se desarrolla con responsabilidad, siempre se tiene presente la posición que se ocupará o dará al momento de hacer algo, la posición permitirá el mejor desempeño y llevará a cumplir satisfactoriamente el propósito para el que fue creado. Alguien lo explicó sencillo, si tenemos una semilla de maíz y la guardamos en nuestro bolsillo nunca va a germinar, no porque en su esencia no tenga el potencial, ella tiene claro qué es y su propósito, pero hasta que no ocupe su posición no podrá desarrollarse satisfactoriamente y hacer lo que debe hacer conforme a su diseño. Importante aclarar, la posición no es donde yo quiero estar para tener lo que quiero, sino es donde debo estar conforme a lo que soy, allí obtendré la seguridad que estoy en la capacidad de hacer el desarrollo satisfactoriamente. 

Finalmente la tarea o función, ahora si! la responsabilidad que nos ha sido confiada para hacer. La persona o empresa debe ser responsable por todo aquello que está bajo su alcance; esto es serio, bajo el concepto de "tener" y valorarnos por ello, si no lo "tenemos" es responsabilidad de otro; pero desde el "ser", nosotros somos responsables de las decisiones que tomamos con nuestra vida, con nuestra familia, con nuestra empresa y/o con nuestra sociedad, gústenos o no. 

Lo que hacemos para desarrollar expondrá nuestro potencial, definirá la responsabilidad con la que asumimos nuestro propio desarrollo y el de nuestro entorno, su resultado, lo que al final "tengamos" no será cuestión del azar o de la buena suerte, será fruto de las decisiones que se han tomado y de lo que hacemos día a día. Sin embargo, podríamos pensar: He cumplido la función con responsabilidad pero no tengo lo que pensaba, ¡quizás!, pero recordemos que todo tiene su tiempo, por lo tanto, como está escrito en un gran libro: "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos".

Desarrollado por: Giovanny Paredes Alvarez –CEO -Nabi Consulting-

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